Melisa Nelson no pudo creer que su jefe decidiera despedirla después de 10 años por considerarla “irresistible”. Llevaba más de diez años trabajando como ayudante en una clínica dental en Fort Dogde(Towa, Estados Unidos).
La relación entre Melisa y su jefe, James Knight, era normal; pero la mujer de este, sospechaba de que su marido se sentía atraído por la joven ayudante.
Finalmente James la despide a petición de su mujer comentándole que la atracción que despertaba en él estaba poniendo en peligro su matrimonio. Melisa no dudó en interponer una demanda por discriminación de género, ya que nunca había dado motivos para ser despedida.
Durante el juicio James afirmó que su empleada llevaba una ropa muy ajustada lo que le suponía una distracción, ”es como tener un Lamborghini en el garaje y nunca conducirlo”.
Dos años después del despido, el Tribunal Supremo ha fallado a favor del jefe. Si ella veía que sus pantalones marcaban, debería saber que su ropa era demasiado sugerente.
Puede que estos despidos no sean justos, pero no constituyen una discriminación ilegal bajo la Ley de Derechos Civiles de Iowa”, indica la sentencia. Mientras tanto la defensa de Melissa indicó que el tribunal se había equivocado. “Estamos horrorizados”.
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